La Investigación-Acción Participativa. Guía conceptual y metodológica del Instituto de Montaña

La investigación-acción participativa: Guía conceptual y metodológica del Instituto de Montaña, coordinada por Florencia Zapata y Vidal Rondán, con aportes de Jorge Recharte, Anaïs Zimmer, Doris Chávez y Gabriela López, es una obra que surge como herramienta clave para quienes buscan aplicar métodos participativos en contextos rurales y comunidades marginadas. Esta guía, desarrollada desde la perspectiva del Instituto de Montaña, se enraiza en la realidad latinoamericana, especialmente en las zonas andinas, y ofrece un enfoque práctico y reflexivo sobre cómo integrar conocimientos académicos y locales para impulsar cambios sociales significativos. Dividida en capítulos que abordan desde los fundamentos teóricos hasta ejemplos concretos, la obra combina rigor metodológico con una visión comprometida con la equidad y el empoderamiento comunitario.  

El libro comienza definiendo la investigación-acción participativa (IAP) como un proceso colectivo donde las comunidades no son solo sujetos de estudio, sino protagonistas activos del diagnóstico, análisis y solución de sus problemáticas. Los autores destacan la importancia de romper con dinámicas extractivas en la investigación, proponiendo una relación horizontal entre investigadores y comunidades. Esta visión se sustenta en principios como la reciprocidad, la construcción de conocimiento desde lo local y la orientación hacia la acción transformadora. La primera parte del texto establece estos marcos teóricos, contextualizándolos en los desafíos socioambientales de las regiones montañosas, donde la interacción entre cultura y naturaleza es particularmente compleja.  

Una de las fortalezas más destacadas del libro es su segunda sección, dedicada a la metodología paso a paso. Aquí, los autores detallan fases como la identificación de problemas, diseño participativo, recolección de datos (incluyendo técnicas como entrevistas, observación y talleres comunitarios), análisis colectivo y difusión de resultados. Cada etapa se acompaña de ejemplos extraídos de experiencias reales en comunidades andinas, lo que permite visualizar cómo adaptar la IAP a contextos diversos. Por ejemplo, se describe cómo el uso de mapas participativos o narrativas orales ha facilitado la recuperación de saberes tradicionales en la gestión de recursos naturales. Estos casos ilustran tanto los logros como las tensiones inherentes a la participación, como las dificultades para mantener el compromiso comunitario o navegar jerarquías internas.  

Otro punto fuerte es el énfasis en la ética y la sostenibilidad. Los autores reflexionan sobre los riesgos de instrumentalizar la participación para agendas externas y subrayan la necesidad de garantizar que los procesos de IAP respeten las dinámicas internas de las comunidades. Además, se aborda con sensibilidad la relación entre género, generación y poder dentro de los grupos participantes, aunque este tema podría haberse explorado con mayor profundidad. La guía también destaca la importancia de vincular la investigación con la incidencia política, mostrando cómo los resultados pueden influir en políticas públicas locales o regionales. Sin embargo, el texto dedica menos espacio a discutir los desafíos de escalar estas iniciativas o articularlas con actores institucionales a niveles más altos.  

A pesar de su enfoque regional, *La investigación-acción participativa* tiene un alcance universal en cuanto a sus principios metodológicos. Sus herramientas son adaptables a contextos urbanos o rurales fuera de los Andes, aunque ciertos ejemplos podrían requerir ajustes para ser replicados en realidades muy distintas. Una limitación notable es la escasa mención a las tecnologías digitales en la investigación participativa, un tema relevante en la actualidad dado el auge de plataformas colaborativas o herramientas de georeferenciación. Asimismo, el libro podría haber incluido más referencias a críticas externas a la IAP, como cuestionamientos sobre su capacidad para generar cambios estructurales a largo plazo.  

En síntesis, esta guía se posiciona como un recurso indispensable para estudiantes, investigadores, trabajadores sociales y organizaciones comunitarias interesados en metodologías participativas. Su valor radica en la combinación de fundamentos teóricos claros, ejemplos contextualizados y un enfoque ético que prioriza la autonomía de las comunidades. Aunque su alcance geográfico y temático no es exhaustivo, la obra logra su propósito de democratizar el conocimiento científico y convertirlo en un instrumento de transformación social. Su lectura es altamente recomendable para quienes buscan construir puentes entre academia y territorio, asegurando que la investigación no sea solo un acto de saber, sino de empoderamiento colectivo.