Diálogo de saberes, memorias y territorios 

Diálogo de saberes, memorias y territorios, de Ángela Garcés Montoya, es una obra que propone un encuentro profundo entre conocimientos diversos, historias colectivas y la defensa del territorio desde una perspectiva crítica y comprometida. Este libro surge como un aporte fundamental para los debates contemporáneos sobre la interculturalidad, la memoria histórica y el papel de los pueblos en la construcción de alternativas al desarrollo impuesto. Escrito desde una mirada latinoamericana y con base en experiencias concretas, especialmente en contextos rurales y comunitarios, la autora construye una reflexión teórica sólida sin perder nunca el anclaje en lo práctico, lo vivido y lo resistido.

Desde las primeras páginas, Garcés Montoya plantea que los saberes no son solo conocimientos acumulados, sino formas de ver, sentir y habitar el mundo. Lejos de concebirlos como objetos estáticos o herencia inmóvil del pasado, los presenta como procesos vivos, dinámicos y profundamente ligados a las luchas por la identidad, la dignidad y la autonomía. En este sentido, el libro no se limita a estudiar los saberes: los hace parte activa de la resistencia cultural y política frente a las lógicas homogenizadoras del poder global.

Una de las virtudes principales del texto es su capacidad para entrelazar múltiples dimensiones del conocimiento. A lo largo de sus capítulos, se exploran las tensiones entre los saberes académicos y los saberes populares, entre la historia oficial y las memorias comunitarias, entre la apropiación del territorio y su defensa simbólica y material. Cada uno de estos ejes se desarrolla con rigor conceptual y con apoyo en casos concretos, lo cual permite al lector comprender cómo se dan estos diálogos (y conflictos) en contextos reales.

El libro también destaca por su enfoque metodológico. Garcés Montoya recurre a herramientas de investigación cualitativa, etnográfica y participativa, enfatizando la importancia de escuchar a los sujetos colectivos —pueblos indígenas, comunidades campesinas, movimientos sociales— como portadores legítimos de conocimiento. Esta postura refuerza la idea de que investigar no es solo producir información, sino establecer relaciones horizontales de aprendizaje mutuo y reconocimiento epistémico.

Otro punto importante es el análisis del territorio como espacio de memoria y de lucha. La autora muestra cómo el territorio no es solo un recurso económico, sino un soporte simbólico donde se inscriben las historias, las identidades y las resistencias. Este enfoque permite entender mejor las luchas actuales por la tierra, el agua y el medio ambiente como batallas no solo materiales, sino culturales y existenciales.

En cuanto al estilo, el lenguaje utilizado combina precisión académica con accesibilidad, lo cual facilita su lectura tanto para estudiantes y docentes como para activistas y gestores comunitarios interesados en los temas tratados. Además, incluye referencias bibliográficas y sugerencias para seguir profundizando en los temas abordados.

En conjunto, Diálogo de saberes, memorias y territorios es mucho más que un libro académico: es un llamado a repensar las formas de conocer y convivir desde la diversidad, la justicia epistémica y el respeto por los pueblos y sus formas de vida. Por su claridad conceptual, su enfoque crítico y su compromiso con las luchas sociales, esta obra se erige como una lectura indispensable para quienes buscan construir conocimientos que no excluyan, que no colonizen, sino que dialoguen, integren y empoderen.