Seguimiento, evaluación y aprendizaje en programas de escuelas de campo de agricultores
Seguimiento, evaluación y aprendizaje en programas de escuelas de campo de agricultores, de Henk van den Berg, Suzanne Phillips y Alma Linda C. Morales-Abubakar, es una obra que ofrece una guía rigurosa y práctica para fortalecer la gestión y el impacto de los programas de Escuelas de Campo de Agricultores (ECA). Este libro se presenta como un recurso esencial para técnicos, investigadores, responsables de políticas y organizaciones que trabajan en el desarrollo rural, enfocándose en cómo diseñar, implementar y evaluar procesos de aprendizaje participativo en contextos agrícolas complejos y diversos.
Desde sus primeras páginas, los autores establecen un marco conceptual claro: las ECA no son solo espacios de enseñanza técnica, sino metodologías dinámicas que promueven la experimentación, el análisis colectivo y la toma de decisiones basada en evidencia. El texto subraya la importancia de integrar el seguimiento y la evaluación desde la planificación, asegurando que los programas no solo transmitan conocimientos, sino que también adapten sus estrategias a las realidades locales y fomenten la innovación desde las comunidades rurales.
Una de las virtudes principales del libro es su enfoque metodológico. A lo largo de sus capítulos, se presentan herramientas específicas para monitorear y evaluar los procesos educativos y productivos de las ECA, desde la medición del impacto en prácticas agrícolas hasta el fortalecimiento de capacidades locales. Los autores destacan la combinación de métodos cualitativos y cuantitativos, con ejemplos ilustrativos de programas exitosos en América Latina, África y Asia, lo cual permite al lector comprender cómo aplicar estas estrategias en contextos variados.
El texto también destaca por su énfasis en el *aprendizaje organizado*. Lejos de reducir la evaluación a un ejercicio burocrático, los autores proponen un enfoque que convierte el seguimiento en un instrumento para mejorar continuamente los programas, integrando la retroalimentación de los agricultores y adaptando las prácticas a sus necesidades. Este enfoque refuerza la idea de que las ECA deben ser espacios de co-creación de conocimiento, donde los participantes no solo reciban información, sino que contribuyan a su diseño y mejora.
Otro punto importante es la atención a las desigualdades y desafíos estructurales en el desarrollo rural. Los autores cuestionan cómo los programas de ECA pueden superar barreras como el acceso desigual a recursos, la participación de mujeres y jóvenes, o la sostenibilidad ambiental. Estas reflexiones invitan a repensar las ECA no solo como herramientas técnicas, sino como espacios para la equidad social y la justicia climática.
En cuanto al estilo, el lenguaje es técnico pero accesible, con esquemas, cuadros explicativos y estudios de caso que facilitan la comprensión. Además, se incluyen preguntas orientadoras y sugerencias para adaptar las herramientas a realidades específicas, lo cual refuerza su utilidad pedagógica.
En conjunto, Seguimiento, evaluación y aprendizaje en programas de escuelas de campo de agricultores cumple sobradamente su propósito: ofrece un enfoque integral para optimizar la gestión de las ECA, asegurando que los programas sean efectivos, inclusivos y sostenibles. Por su claridad metodológica, su enfoque participativo y su compromiso con el desarrollo rural, este libro se convierte en una lectura indispensable para quienes buscan transformar la agricultura desde el conocimiento colectivo y la acción comunitaria. Una contribución valiosa para consolidar las ECA como pilares de la innovación agrícola y la resiliencia rural.